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Més que un barri, més que una falla, un sentiment
domingo, 6 de mayo de 2012
Tenemos una duda
Viene con retraso pero aquí tenemos la entrada de la Cruz. Antes de nada y como pone en el título es necesario hacer alguna pregunta para intentar resolver una duda que tenemos.
¿Hay algún motivo para que quitarán todas las mesas después de cenar menos la nuestra? Quizá es que hay alguna norma en la que solo se debe quitar la mierda que cada uno genera y nosotros no lo sepamos o puede que no se puedan traspasar ciertos pilares sin casco de protección. Aunque lo más seguro es que nos quisieran dar un escarmiento por guarros. Pero bueno, sea por lo que sea, es fácil que el próximo domingo que bajemos a limpiar TODA la secta nos venga a la cabeza la noche del 30 de abril. Dicho esto, al día siguiente cuando alguno bajo a comer estaban todas las mesas recogidas como suele pasar después de una fiesta.
Después de intentar la duda y quedarnos todavía más confundidos (ya lo decia Dinio que la noche es lo que tiene) pasaremos a contar lo que fue la que últimamente suele ser una noche especial.
Se empezó el día muy prontito, a eso de las 6 de la tarde ya había alguno por la secta preparando TODO (otra vez, casualidades) y por supuesto degustando los primeros vasos de cerveza. Poco a poco se fueron liquidando cosas y botellas de cerveza hasta que a eso de las 9 nos fuimos hasta la iglesia a por la Cruz. Alguno ya la llevaba a cuestas. Se coloca en su sitio, nos hacemos las fotos y a cenar. Como viene siendo habitual cuando nos fuimos a sentar nos dimos cuenta que la mesa se nos quedaba pequeña, así que montamos un suplemento y a cenar cada uno en su sitio. Cerveza, cebolla, cerveza, tortilla (por cierto, siempre es bueno tener un nuevo cocinero por el rincón) más cerveza, pastelitos y cerveza. Ese fue alguno de los menús que se vieron y que se pudieron degustar, hasta que nos levantamos y pasamos a los cubatas. Firma de contratos, más fotos, banderines, entrega de regalo a la de siempre (lo del sorteo es puro trámite) y cubatas que seguían cayendo.
Cuando la cosas se ponía interesante sonaron los Lunnis y se apagó la música. En algunos asilos el permiso para tener la música es más amplio que el que nuestro querido Ayuntamiento nos da a nosotros. Un ratito de charreta, más cubatas y poco a poco se fue vaciando la secta. Hubo un pequeño intento de ir hasta un local cercano o incluso de hacer fideuà pero los cuerpos y los ánimos no eran muchos, así que cerramos puertas y a dormir que ya vendrán días mejores.
En nada empezarán los fines de semana intensos, los partidos de la selección y días en los que tendremos que currar y luego dejarlo todo en su sitio sin pensar que trozo hemos ensuciado nosotros y cual no. Así que la próxima vez que se vuelva a quedar nuestra mesa como único resto de una cena volveremos a pensar que nos lo merecemos por guarros, porque ese sea seguramente el único motivo.
S/B: Un any més fent parlar
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